Cuándo y cómo desarrollan los niños la inteligencia emocional y el autocontrol
El desarrollo de la inteligencia emocional comienza en la primera infancia. Cada interacción con los padres, los cuidadores, los hermanos y los amigos proporciona al niño información sobre su mundo emocional.
Tus decisiones de crianza pueden influir en el desarrollo emocional de tu hijo. La conciencia emocional de tu hijo y el modo en que gestiona sus sentimientos pueden repercutir en su felicidad y bienestar a lo largo de su vida.
Crecer sano es algo más que llevar una dieta equilibrada, dormir, tener compañeros de juego y recibir una educación.
Sentirse querido y atendido es esencial para el bienestar de tu hijo. Un niño emocionalmente inteligente es capaz de reconocer una serie de sentimientos.
Además, la inteligencia emocional permite a tu hijo responder bien a los sentimientos de los demás. Para que un niño sea capaz de mostrar empatía, cuidado y amabilidad, necesita entender qué es y cómo se siente.
Para lidiar con la ira, la frustración y el agobio, tu hijo necesitará práctica y ejemplos de cómo manejar los momentos emocionalmente cargados.
¿Por qué deberías enseñar inteligencia emocional a tu hijo?
Son muchos los beneficios de aprender y apoyar el desarrollo emocional de tu hijo. La inteligencia emocional de tu hijo y el autocontrol van de la mano.
¿Triste, enfadado o feliz?. ¿Tiene tu hijo tiene la costumbre de decirte cómo se siente, de llorar o de enfadarse?. ¿Quizás tu hijo tiene rabietas o grita a menudo?.
La mayoría de los niños menores de seis años hacen en realidad una mezcla de todo lo anterior. En los primeros años, se necesita mucha práctica para expresar los sentimientos con claridad y coherencia.
Los sentimientos fuertes no deben ser una molestia, en realidad son una forma de aprender y crecer.
Los conflictos sociales menores, como la dificultad para compartir con un amigo, una discusión con un hermano o una pelea contigo, son en realidad una buena oportunidad para desarrollar buenas habilidades de afrontamiento social.
Es normal que los niños pequeños tengan sentimientos intensos. Lo mejor que puedes hacer como padre es estar preparado para ayudar a tu hijo a aprender a calmarse en lugar de enfadarse. He aquí por qué la inteligencia emocional es importante para su hijo en crecimiento.
Cuando los niños son capaces de reconocer sus propias emociones, es más probable que puedan expresar sus necesidades de forma tranquila.
Para los padres, esto es una buena noticia, ya que no solo promueve un desarrollo saludable, sino también menos rabietas, menos luchas de poder y menos lloriqueos.
Algunos estudios también han defendido que los niños con inteligencia emocional son también más sanos físicamente, se llevan mejor con sus compañeros y tienen mejor rendimiento escolar. En general, la inteligencia emocional desempeña un papel fundamental en el bienestar de tu hijo.
Esto no significa que el niño blandengue en el suelo del supermercado o el adolescente gritón no tengan inteligencia emocional. El cerebro en crecimiento de tu hijo necesita mucho apoyo para tomar buenas decisiones.
Algunos signos importantes de la inteligencia emocional emergente
He aquí algunas formas de saber si la inteligencia emocional de tu hijo se está desarrollando:
Tu hijo puede hablar de sus propios sentimientos:
"¡Mamá, soy tan feliz!". "Ahora me siento enfadado". "Tengo miedo de la araña". "No me gusta, gracias".
Tu hijo es capaz de asociar sentimientos y acciones:
"Cuando soy feliz, me gusta reír". "Llora porque está triste". "Golpeé porque estaba enfadado". "Me escondo porque tengo miedo.
Tu hijo habla de sus propios sentimientos y de los de los demás:
"Soy feliz cuando sonríes, papá". "Creo que Miguel está triste porque no quería compartir". "Mamá se ríe cuando cuento chistes divertidos".
El vocabulario emocional y la autorregulación tardan en desarrollarse. Tu influencia como padre o cuidador puede ser muy positiva para el desarrollo emocional.
Formas de ayudar a tu hijo a entender y gestionar sus sentimientos y emociones a medida que crece
Habla de los sentimientos y las emociones con tu hijo cuando tenga sentido
Por ejemplo, si tu hijo está llorando, describe lo que has observado: "No querías compartir, te ha puesto triste y ahora estás llorando".
Preguntas sencillas que invitan a tu hijo a pensar en sus propios sentimientos
Pueden ser una buena manera de crear conciencia emocional. Aquí tienes algunos ejemplos de preguntas que puedes hacer a tu hijo:
- ¿Qué te ha hecho feliz hoy?
- ¿Hay algo que te haya entristecido hoy?
- ¿Quieres hablar de cómo te sientes?
- ¿Hay algún problema?. ¿Quieres hablar de ello?
Al ofrecerle a tu hijo la oportunidad de relacionar lo que siente con cómo reacciona, puede empezar a conectar sus emociones.
Ten en cuenta la personalidad única de tu hijo y pregúntate si generalmente está dispuesto a responder a las preguntas. Está bien respetar sus necesidades si no quieren responderte.
Nombrarlo para domesticarlo
Las investigaciones sobre la inteligencia emocional demuestran que es beneficioso para los niños hablar del ciclo completo de las emociones, del sentimiento de las emociones y de la identificación cognitiva de las mismas.
Por ejemplo, si un niño puede decir que está enfadado (nombrar sus sentimientos), es menos probable que tenga una rabieta. Hablamos de poner nombre a las emociones para domarlas.
El proceso de identificar una emoción ayuda a los niños a desarrollar la capacidad de dejar que las emociones les informen de cómo se sienten en lugar de abrumarles con grandes reacciones.
Las preguntas anteriores pueden allanar el camino para nombrar y domar las emociones.
Si tu hijo aún no está preparado para hablar de lo que siente, puedes simplemente permanecer cerca o dedicarle tiempo.
Aceptar todos los sentimientos
Los sentimientos y reacciones de cada uno son diferentes y válidos. Evita decirle a su hijo cómo debe sentirse.
Aceptar los sentimientos de tu hijo no es lo mismo que aceptar todo su comportamiento. Si mantienes la mente abierta y tratas de entender cómo se siente tu hijo, le darás la seguridad que necesita para tomar buenas decisiones.
Acompaña esta reflexión con palabras que tranquilicen a tu hijo y le demuestren que quieres ayudarle.
Es mejor comprender los sentimientos genuinos de un niño que insistir en que debe sentirse de una manera determinada.
Mantén la curiosidad, la calma y la disposición a seguir los sentimientos de tu hijo. Aunque parezca una tontería o algo sin importancia, los sentimientos de tu hijo son reales y deben ser respetados.
Aceptar que tu hijo debe experimentar una serie de emociones tiene un impacto directo en el desarrollo de su inteligencia emocional.