Consejos para enseñar música a los niños

Consejos para enseñar música a los niños

No faltan estudios que resaltan los beneficios de aprender a tocar un instrumento musical. Diversión, mejora de la concentración, confianza en sí mismo, disciplina, reducción del estrés y la lista continúa. Los padres saben que aprender un instrumento es bueno para sus hijos, pero la mayoría de las veces los niños se resisten a tomar clases, odian practicar y abandonan.

Gran parte de esto puede atribuirse al profesor. Para que los beneficios mencionados anteriormente se materialicen realmente en la enseñanza de la música a los niños, éstos deben persistir en tocar un instrumento durante un largo periodo de tiempo. Por lo tanto, la función principal de un profesor de música es ayudar a los niños a desarrollar una pasión y un amor por la música para toda la vida, a la vez que les inculca una mentalidad de crecimiento (en este artículo te explicamos qué es una mentalidad de crecimiento).

La primera pregunta que haría a un posible profesor de música es: "¿Cuál es su estrategia para que mi hijo aprenda a amar la música?"

 

¿Cómo puede un profesor de música ayudar a un niño a amar la música?

Enseñar música a los niños mediante juegos

A menudo, los grandes profesores saben cómo disfrazar los objetivos de aprendizaje como juegos divertidos. Por ejemplo, una forma de enseñar a los niños los nombres de las notas del piano es jugar a un divertido juego con animales de juguete y un dado. Cada jugador tira el dado y mueve su animal por el teclado según el número que saque. A continuación, el niño intenta identificar el nombre de la nota y gana el primero que llegue al final del teclado.

Este tipo de actividad da a los niños la impresión de que aprender música es divertido y no una tarea. Este tipo de actividades deben intercalarse con temas habituales como el aprendizaje de la lectura musical.

Pregunta a un posible profesor: "¿Qué tipo de actividades utiliza para que el aprendizaje de la música sea divertido?"

La relación es fundamental

El vínculo que un niño desarrolla con su profesor de música es muy importante. Creo que la mejor relación alumno/profesor que se puede tener con un niño es la de un amigo/ayudante de confianza. Un gran profesor tiene cualidades humanas cálidas que ayudan a desarrollar la confianza. Un amigo no se avergüenza, ni engaña, ni se enfada. Un buen amigo es comprensivo, empático, amable y paciente.

Estas son las cualidades que un buen profesor debe procurar tener con sus alumnos. Muchos profesores se comportan más como sargentos de instrucción que como seres humanos amables y con los pies en la tierra. Un buen profesor debe inculcar el sentido de la disciplina y animar al niño a practicar, pero sin forzarlo.

Al fin y al cabo, los niños suelen estar sobrecargados de trabajo en casa y de otras actividades extraescolares, así que la idea es motivarles para que practiquen su instrumento musical porque lo disfrutan, no porque tienen que hacerlo.

Una de las características que tienen en común muchos músicos de talla mundial es que, cuando eran jóvenes, sus profesores de música les hicieron sentir que aprender música era divertido. Sus profesores no les presionaron ni obligaron a practicar, sino que les ayudaron a desarrollar un amor profundo e intrínseco por la música. Se les animaba a practicar, pero siempre era por elección.

los niños aman la música

Estos profesores ayudaron a sus alumnos a encontrar material que les gustara, de modo que desarrollaron una relación positiva con la música y esperaban con impaciencia la clase. Creo que este es el mejor enfoque para enseñar a los niños, porque al fin y al cabo, la motivación para tocar música debe ser intrínseca.

Deja que tu hijo elija su instrumento favorito

Si quieres que tu hijo esté motivado para tocar un instrumento, la música tiene que ser diferente de otras materias educativas. Tu hijo no debe ver la música como una asignatura obligada, como las matemáticas o la geografía. Una cosa que ayudará a motivar a tu hijo es dejarle elegir el instrumento que le gustaría aprender.

Puede darse el caso de que el niño vea el piano como una disciplina como cualquier otra, pero la batería se convierta en una fuente de diversión y emoción.

Puede ser costoso y llevar mucho tiempo encontrar continuamente nuevos profesores de música y comprar instrumentos para determinar qué instrumento musical le gusta realmente a tu hijo. Una solución a este problema es encontrar un profesor cualificado que domine varios instrumentos.

A continuación, puedes dejar que tu hijo pruebe diferentes instrumentos durante 3 o 4 meses seguidos y luego ver si quiere seguir con ese instrumento o probar otro. También puedes alquilar instrumentos con la opción de comprarlos mientras aprenden ese instrumento en sus clases. Así podrás ver si se inclinan naturalmente por ese instrumento en casa. Otra ventaja de este enfoque es que tu hijo no tiene que iniciar una nueva relación con un profesor cada vez que prueba un nuevo instrumento.

Deja que los niños establezcan su propio horario de práctica

Conseguir que un niño practique su instrumento fuera de clase siempre ha sido un tema difícil para mí. Hay quien piensa que hay que obligar a los niños a practicar para que adquieran disciplina. El problema de este enfoque es que muchos niños desarrollan una relación negativa con su instrumento.

El hecho de que una fuente externa les obligue a hacer algo hace que vean sus ensayos musicales como una tarea y no como una fuente de diversión y emoción. La mayoría de las veces, este enfoque lleva a los niños a abandonar el instrumento o, peor aún, a odiarlo.

La opinión contraria es que los niños solo deben practicar si se sienten atraídos por el instrumento de forma natural. El problema de este enfoque es que la música requiere disciplina y la capacidad de retrasar la gratificación, que los niños no siempre poseen. Por lo tanto, no se sentirán atraídos de forma natural por el instrumento hasta que empiecen a desarrollar habilidades más avanzadas o, al menos, una comprensión de la relación entre la práctica y la consecución de sus objetivos y deseos musicales.

Reflexionando sobre estos dos extremos, he llegado a una perspectiva más equilibrada que se encuentra en algún punto intermedio; dejar que los alumnos determinen sus propios horarios de práctica. Por ejemplo, al final de cada lección, se puede anotar los días que le gustaría trabajar en su pieza musical. El niño puede comprometerse firmando con sus iniciales al lado de la fecha programada una vez que haya completado con éxito la sesión de práctica.

fomentar una mentalidad de crecimiento

También es importante ayudarles a entender la relación entre la consecución de sus objetivos y la necesidad de practicar. Los padres desempeñan un papel importante en este proceso y deben recordar al niño que practique, pero sus recordatorios tienen más peso porque el niño decidió cuánto y cuándo practicar en primer lugar.

Al final de la semana, si el niño ha conseguido sus objetivos, al menos parcialmente, debemos transmitirle con entusiasmo que nos alegramos por él y le dándole una pequeña recompensa. Si no cumplen sus objetivos, tampoco pasa nada; no hay que enfadarse con ellos; solo recordarles que si quieren mejorar, la práctica es el único camino.

Salirse del guión

Algunos de los mejores y más emocionantes momentos ocurren cuando se presentan oportunidades musicales únicas. Una vez, uno de mis jóvenes alumnos y yo estábamos tratando de idear una canción para su próximo recital. Así que elegimos una canción que pudiera aprender y que su madre pudiera cantar.

Era una canción que les gustaba a los dos, y el día del recital, interpretaron su canción. ¡Su actuación destacó como la canción más interesante del recital!. En otra ocasión, enseñé piano a un niño de 4 años y a su padre. Fue un reto enseñar a un niño tan pequeño, porque a su edad los niveles de concentración no están muy desarrollados. En cuanto empezaron a jugar juntos, empezaron los fuegos artificiales. Tocaron esa canción una y otra vez y se divirtieron como nunca.

El momento en que la música se convierte en una actividad compartida o familiar es el momento en que todo cobra sentido y se hace mucho más agradable. Busca un profesor que esté dispuesto a pensar de forma diferente y que anime a los alumnos a sacar la música del aula y llevarla a su vida real.

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